Wikileaks: breve historia


Julian Assange
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Assange era un australiano, nacido en 1971 en la provincia de Queensland. Criado por su madre en un estilo de vida nómada, Assange era en buena medida un autodidacta obsesionado por la informática. A los 22 años le acusaron de 31 delitos de piratería informática y otros delitos relacionados, de los que finalmente se declaró culpable pagando una multa mínima. Autodidacta en temas tan amplios como la física, las matemáticas, la filosofía y la neurociencia. A los 18 años fue padre de un niño y pasó años tratando de obtener un acuerdo de custodia (su madre afirmó que el estrés fue la causa de que su pelo, que había sido de color castaño oscuro, se volviese blanco) [7] .

Assange, partidario de la libre circulación de información, registró en 1999 el nombre de dominio Wikileaks.org, pero no lo empezó a usar activamente hasta 2006. Ese año transformó febrilmente el sitio web en un lugar seguro para los denunciantes, específicamente para aquellos que quisieran brindar documentos secretos para su difusión pública. Tal y como él lo describe, Wikileaks es “un sistema incensurable que permite la filtración masiva e imposible de rastrear de documentos y su análisis público” [8] . La primera publicación, en diciembre de 2006, fue sobre la decisión (nunca verificada) tomada por un líder de los rebeldes somalíes de ejecutar a funcionarios del gobierno. En 2007, Assange anunció el lanzamiento oficial del sitio.

Fue Assange quien empezó la relación con The Guardian . A principios de 2007, según recuerda el entonces director Rusbridger, recibió correos electrónicos regulares de Assange como “editor jefe” de Wikileaks, en ocasiones con alguna buena noticia que contar. El 31 de agosto de 2007, las dos organizaciones trabajaron en tándem por primera vez. Wikileaks publicó el texto completo de un informe de la firma privada de investigaciones Kroll sobre la presunta corrupción del ex presidente keniata Daniel Arap Moi, mientras The Guardian publicaba un artículo sobre la noticia. El gobierno de Kenia había decidido mantener en secreto el informe. The Guardian en ese momento era el único periódico británico que escribía sobre Wikileaks o utilizaba algunos de sus documentos.

En 2008 y 2009, Wikileaks y The Guardian volvieron a cruzarse en el camino. En dos ocasiones, la Corte Suprema de Reino Unido emitió una orden restrictiva contra la publicación periodística de documentos condenatorios, la primera sobre las estrategias de evasión de impuestos de Barclays Bank, y la segunda en relación al vertido de residuos tóxicos en Costa de Marfil de productos de la empresa Trafigura. Wikileaks, cuyos servidores se encontraban en Suecia y en otros lugares, no estaba atado por ninguna de estas órdenes. Publicó online muchos de los materiales prohibidos por los tribunales.

Sin embargo, también hubo casos en que Wikileaks publicó documentos que pensaba que provocarían un escándalo público y en cambio las revelaciones fueron recibidas en silencio. Por ejemplo, documentos de la prisión de Guantánamo, correos electrónicos de la ex candidata republicana a la vicepresidencia Sarah Palin enviados desde Yahoo! y manuales secretos de la Cienciología suscitaron escasa reacción. En la primavera de 2010, Assange llegó a la conclusión de que para conseguir que se le oyera, tenía sentido alinearse con la prensa dominante. Tanto que en abril presentó en el National Press Club de Washington D.C. un vídeo de 2007 en que dos pilotos de helicópteros Apache estadounidenses parecían matar a algunas personas que estaban en suelo iraquí, entre ellos a dos corresponsales de Reuters. El vídeo del helicóptero captó la atención, pero centrándola en la torpeza de Assange presentando y editando el material, que bautizó “Asesinato Colateral”.

Entonces, a finales de mayo, Assange desapareció. Enseguida se supo el motivo. La historia no atrajo demasiado la atención de los medios, pero el 26 de mayo el Pentágono había arrestado al soldado del Ejército de EE.UU. Bradley Manning, de 22 años, acusado de la descarga ilegal de cientos de miles de documentos clasificados de EE.UU., incluyendo -se informó entonces- un alijo de cables del Departamento de Estado sobre Irak y Afganistán. Al parecer, Manning podría haber dado los documentos a Wikileaks [9] . Uno de los que leyó la breve noticia sobre el arresto de Manning y que el Departamento de Estado estaba buscando a Assange para interrogarle, fue el veterano periodista de investigación de The Guardian Nick Davies. Davies decidió buscar a Assange.