La tormenta del 1 de Noviembre

The Guardian se ofreció a acoger y programar una reunión con Assange el lunes 1 de noviembre a las 6 de la tarde [25] . The New York Times decidió no acudir. Entre otras cuestiones, los editores querían comunicar a Assange la fecha de publicación del 8 de noviembre y que, en su opinión, la existencia de la copia de Heather Brooke liberaba a The Guardian de cualquier acuerdo anterior. Tanto Der Spiegel como Rusbridger director de The Guardian favorecieron seguir cooperando con Wikileaks en lo posible.

Assange se estaba retrasando y a las 7 de la tarde se presentó con un abogado especialista en difamación y otros dos socios a cuestas. Assange estaba furioso: de algún modo se había enterado de que The New York Times tenía los cables. Exigía saber cómo los habían obtenido. Todavía había más. El perfil de Burns, indicaba furioso, estaba "diseñado para ser una mancha... El Times no debería salir de esta manera presentando un artículo negativo de éxito, de mala calidad, y colocarlo en la primera página" [26] . Se quejó de que el Times "había contaminado la relación" con Wikileaks. Katz director adjunto de The Guardian señala: "no era poco razonable que estuviese enfadado con nosotros". Y continúa:

Pensaba que nos había dado instrucciones expresas sobre cómo utilizar esta información, y sintió que lo del New York Times era un incumplimiento de las mismas. En sentido estricto, lo fue. El caso es que pensamos que era menos razonable que él tratase de separar al New York Times de esto, cuando habíamos llegado a un acuerdo desde el principio de que iba a formar parte.

Listen to Katz distinguish between the Guardian ’s expectations and Assange’s.

Era la primera vez que Rusbridger había pasado algún tiempo con Assange. El director aseguró a Assange que él personalmente no había dado nada al Times . Assange le amenazó con demandarle. Le amenazó con dejar de cooperar con The Guardian . Mencionó que ya estaba en conversaciones con Washington Post y McClatchy Newspapers sobre la publicación de los cables en EE.UU. "En realidad mi objetivo era sólo calmarlo, porque -habiendo llegado tan lejos- habría sido inmensamente complicado que todos nos dividiésemos y él se quedase fuera”, afirma Rusbridger.

Assange parecía más tranquilo después de descargar su ira y durante un rato habló sobre el calendario de publicación de los cables. Assange dijo que prefería retrasar todo y que aceptaría un mes más. También pidió que se ampliase el grupo de publicaciones incluyendo los diarios El País y Le Monde . Esto significaba aún más desafíos logísticos -además de dar a los nuevos jugadores el beneficio de todo el trabajo hecho hasta ahora-. "Creo que todos tragamos saliva y pensamos oh, Dios, aquí estamos de nuevo. Pero, por otra parte, probablemente vale la pena si nos lleva a un acuerdo amistoso”, recuerda Rusbridger. Assange también quería que Rusbridger llamara al Times y, a cambio de los cables, asegurara para Assange el derecho de responder al artículo de Burns, también en primera página, y la promesa de que no hubiera más noticias negativas.

A las 10 de la noche, todo el grupo se fue a cenar. Pero los fuegos artificiales estallaron de nuevo después de medianoche. Rusbridger llamó a Keller, director del Times , para exponerle las exigencias de Assange y Keller dijo decididamente que no. Assange estalló de nuevo: el consorcio había terminado. Ni The New York Times ni The Guardian . Sin embargo, Georg Mascolo, editor jefe de Der Spiegel , declaró que también se retiraría. Rusbridger señaló que, de hecho, la asociación existente iba a ser la mejor oferta posible. Recuerda Rusbridger:

Le dije a Julian, ¿cuál es tu elección?... Heather Brooke lo tiene y hemos perdido todo el control. Así que no tienes realmente una opción. Tienes que trabajar con nosotros. Esto era lo lógico: o bien íbamos a perder todos, o teníamos que tragar nuestro orgullo y trabajar juntos.

Listen to Rusbridger describe his discussion with Assange.

Dos días después, Assange aceptó 10 puntos que Rusbridger le presentó, incluyendo un calendario de publicación que comenzaba el 29 de noviembre en forma impresa (la versión digital, el 28 de noviembre) durante dos semanas o más. Después del 4 de enero, el contrato de exclusividad expiraría y Wikileaks estaría libre para enviar cables de interés regional a otros periódicos de todo el mundo. Assange decidió también que Wikileaks publicaría sólo los cables redactados preparados por sus socios de los medios de comunicación. Leigh, por su parte, se congratulaba: "Yo pensaba que Alan [Rusbridger] había actuado brillantemente al forjar un tipo de compromiso con el que todo el mundo podría vivir… pensaba que era un milagro que hubiéramos llegado tan lejos. Yo siempre había sospechado que este endeble acuerdo se derrumbaría en pocas semanas".

Entonces comenzó el trabajo duro.


[25] Rosenbach y Holger.

[26] Leigh y Harding, p. 169