Comenzar a escarbar

Debido a que los pedófilos tienden a ser reincidentes, el Equipo Spotlight presumió que habría numerosas víctimas – víctimas que podrían estar dispuestas a identificar a sus abusadores. Buscando ayuda para localizar a las víctimas, los reporteros recurrieron a una organización nacional, SNAP (Survivors Network of Those Abused by Priests / Red de Sobrevivientes de Abusados por Sacerdotes). En pocos días, habían encontrado víctimas, quienes a veces los condujeron a abogados, quienes a veces los condujeron a más víctimas.

No había pasado mucho cuando la arquidiócesis se enteró de que el Globe estaba indagando. Un periodista conversó con un abogado querellante quien, como Robinson descubriría después, llamó al abogado del Cardenal Law. En agosto, el cardenal envió a un emisario, una figura prominente de Boston, a preguntarle a Robinson lo que estaban haciendo. Robinson le dijo que sólo estaban en la etapa del reporteo y que si publicaban un artículo, estarían en contacto.

Documentos desaparecidos. Para conocer a las víctimas de Geoghan, Rezendes buscó al abogado Mitchell Garabedian, quien representaba a muchos de ellos. El abogado no era conocido ni adinerado, y operaba desde una abarrotada oficina sin recepcionista. Garabedian le recordaba a Rezendes del perseguidor de ambulancia representado por Paul Newman en la película “El Veredicto”. Pero Rezendes llegó a considerarlo una persona de principios y preocupado por sus clientes. Entendía que Garabedian lo miraba con recelo por temor a que el Globe publicara un “artículo sensacionalista que básicamente explotaría a sus clientes sin aportar nada bueno.” Su recelo comenzó a amainarse sólo después de ver a Rezendes entrevistar a sus clientes durante horas y días.

Los dos hombres desarrollaron un respeto mutuo. Al asumir estos casos en contra de la iglesia, dice Rezendes, Garabedian “hizo algo que nadie, en última instancia, realmente tenía el coraje de hacer.” Rezendes también admiraba el ingenio del abogado. Por ejemplo, al darse cuenta de que un estatuto de “inmunidad caritativa” del estado limitaría la indemnización que podía pagar la iglesia a no más de US$20.000, a Garabedian se le ocurrió demandar a las autoridades de iglesia como individuos.

A fines de agosto, Garabedian le contó a Rezendes algo tentador: algunos documentos en las demandas civiles en contra de Geoghan ya eran públicos. Garabedian podría haber filtrado esos documentos a algún periodista mucho antes, pero, temiendo represalias de la iglesia, había insistido en hacer todo según las reglas. Aún en un caso con una orden de confidencialidad, un abogado puede presentar solicitudes ante un juez, respaldándolos con documentos que entonces se convertían en documentos públicos. Garabedian había presentado solicitudes, acompañando documentos, y esperaba que algún periodista con iniciativa los encontrara. Pero para fines de agosto, ninguno lo había hecho, así que le dio la pista a Rezendes. Sin entregar detalles, Garabedian le dijo a Rezendes que los documentos eran potencialmente explosivos.

Pero los documentos, descubrió Rezendes, no estaban en el expediente del tribunal. Garabedian había presentado 14 conjuntos de documentos distintos, y ninguno de ellos estaba. Rezendes consultó con un abogado del Globe . Había una anotación en el expediente indicando que los documentos habían sido archivados. Basándose en esta evidencia, el abogado del Globe , Anthony Fuller, solicitó a la jueza que presidía el caso, la jueza de la Corte Superior Constance Sweeney, que ordenara la reposición de los documentos que faltaban.

Estos documentos eran un sub-conjunto de los documentos que el Globe intentó abrir a través de su demanda anterior. Esa demanda seguía su curso: a principios de septiembre, la jueza Sweeney había escuchado los argumentos de las partes en una sesión de tan bajo perfil que asistió sólo un periodista: Rezendes. Respecto de la demanda y la solicitud, nadie podía predecir si es que se tendría acceso a los documentos - y cuándo.